Ácidos Grasos Esenciales en el Embarazo

Los ácidos grasos esenciales, como su propia palabra indica, son un grupo de nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, y que no pueden ser sintetizados por el mismo, por lo que deben obtenerse a través de la alimentación.

También reciben el nombre de ácidos grasos poliinsaturados.

Dentro de estos, lo más importantes o conocidos son los Omega-3 (ácido alfalinolénico) y Omega-6 (ácido linoleico).

La importancia de estos ácidos se puso de manifiesto en los años 50 cuando se señalaron deficiencias en lactantes alimentados con fórmulas muy pobres en grasa, apareciendo síntomas como piel seca y escamosa, eccema, irritabilidad y aumento sustancial en la ingesta calórica.

Los primeros casos reseñados en adultos aparecieron en los años 70 como resultado de la alimentación parenteral total sin suplementos de ácidos grasos esenciales.

Los síntomas eran eccema, dificultades para la curación de heridas e irritabilidad.

Omega-3

Dentro de la serie de los omega-3, los más importantes en nuestra dieta son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).

Ambos son muy importantes para el desarrollo visual durante la gestación y la primera infancia.

En la dieta, las fuentes de omega 3 son:

• Aceites de lino, nueces, germen de trigo y soja

• Semillas de lino

• Nueces

• Pescado azul

Omega-6

Los más importantes son el ácido gammalinolénico (GLA) y el ácido araquidónico (AA).

Son importantes en procesos inflamatorios y en el refuerzo del sistema inmunitario (tanto de la mamá como del bebé).

Las fuentes de omega 6 son:

• Aceites de semilla de uva, girasol, maíz, borraja, onagra, germen de trigo, sésamo, cacahuete, avellana y oliva

• Huevos

• Grasas de origen animal

Nuestro estilo de alimentación, rico en materias grasas de origen animal, nos proporciona suficiente, o incluso demasiado, omega 6.

¿Porqué es importante su consumo durante el embarazo?

Los ácidos grasos desempeñan un papel importante en el desarrollo del sistema nervioso central. Es por eso que, durante el embarazo, la necesidad de su consumo se incrementa, ya que hay un crecimiento del tejido nervioso del feto.

El DHA es especialmente importante, ya que forma parte de las membranas neuronales. Aunque durante todo el embarazo el feto recibe ácidos grasos poliinsaturados de la madre, a través de la placenta, la madre va disminuyendo su cantidad a medida que avanza el embarazo. Lo mismo ocurre durante el período de lactancia materna, pues las necesidades de ácidos grasos poliinsaturados del neonato son importantes. Este hecho podría causar deficiencias de ácidos grasos poliinsaturados en la madre. Asimismo, se ha comprobado que una deficiencia de DHA puede contribuir a la aparición de la depresión posparto.

En este sentido, un estudio reciente demuestra que un consumo adecuado de ácidos grasos omega-3 reduce ciertas complicaciones durante el embarazo, como hipertensión arterial, proteinuria y edema.

Por otra parte, el valor nutricional de la leche materna es mayor en las madres que toman un suplemento nutricional de ácidos grasos que en las que no lo toman.

Algunos consejos prácticos

Para garantizar un buen equilibrio entre omega-6 y omega-3, consume pescado azul 1 ó 2 veces a la semana y prueba a añadir nueces y semillas de lino a tus ensaladas.

Escoge siempre aceites de primera presión en frío.

Si no comes pescado nunca, debes consultar con tu médico. Si es necesario, puede recetarte un complemento alimenticio de omega-3 (en forma de aceite de pescado, por ejemplo).

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José Antonio Galán Ceballos

Farmacéutico Titular y CEO de mamasparasiempre.com

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