- José Antonio Galán Ceballos
- Crianza
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Los parques infantiles son lugares increíblemente divertidos donde el máximo disfrute está asegurado, siempre que tengas ¡menos de 10 años!
Sí. Cada día la historia se repite. Mismo lugar, mismos columpios, pero tus hijos vuelven encantados mientras a ti te asalta la pereza.
En Mamás para Siempre hemos vivido esta situación y, si es tu caso, comprendemos cómo te sientes. Por eso queremos enumerar algunos de los principales beneficios que ir al parque aporta a tus hijos y que esperamos, te ayuden a futuro a doblegar a la pereza.
Desarrollo físico
Los parques infantiles son un espacio seguro y divertido para que los niños desarrollen sus habilidades físicas. Al jugar en los columpios, los niños pueden mejorar su equilibrio, coordinación, fuerza y flexibilidad. Además, jugar en el parque les ayuda a quemar energía y mantenerse activos, lo que es importante para su salud física.
Desarrollo social
Los parques infantiles son un lugar ideal para que los niños aprendan habilidades sociales y hagan nuevos amigos. Al jugar juntos, los niños aprenden a compartir, resolver conflictos y trabajar en equipo. Desarrollar estas habilidades es primordial para su avance emocional y social. Ojalá los adultos tuviéramos la habilidad de los niños para, en unos segundos, hacer nuevos amigos. Esto sucede principalmente en los parques. Así que, ¿por qué negarles la posibilidad de potenciar estas relaciones sociales tan saludables?
Además, en contra de lo que sucede en los colegios, donde se relacionan principalmente con niños de su edad, en los parques esas nuevas amistades tienen edades diversas, y es muy frecuente encontrar grupos heterogéneos de niños jugando juntos y compartiendo.
Aprendizaje
El parque es uno de los mejores terrenos de aprendizaje para los más pequeños. Por un lado aprenden las normas sociales básicas necesarias para la buena convivencia en estos espacios públicos. Además aprenden nuevos juegos y actividades, y se enriquecen de las experiencias que les aportan otros niños de todo tipo de edades.
Fomenta su independencia
Cuando juegan en el parque no tienen una supervisión tan directa del adulto y esto les ayudará a tener mayor independencia cuando interactúan con otros niños, además también aprenderán a jugar por ellos mismos. Aprenderán a jugar por turnos con otros niños, a descubrir con quiénes prefieren jugar y con quién no. Aprenderán a negociar con desconocidos… En definitiva, aprenderán a ser más independientes y auto suficientes.
Estímulo mental
Los parques infantiles ofrecen un entorno estimulante para que los niños exploren y descubran. En los columpios los niños pueden desarrollar su curiosidad y su creatividad, además de afrontar nuevos retos. ¿Quién no recuerda a un envalentonado niño a punto de lanzarse por un enorme tobogán mientras sus padres se santiguan angustiados? Estos pequeños actos de valentía le ayudan a progresar y desarrollar su confianza. Por eso, el parque es el lugar perfecto también para su desarrollo intelectual.
Tiempo de calidad con los padres
Llevar a los niños a los parques infantiles puede ser una excelente oportunidad para pasar tiempo de calidad, alejados de las omnipresentes pantallas de televisores, móviles y demás aparatos electrónicos, que en el parque parecen olvidar por arte de magia. Por eso, debemos aprovechas las visitas al parque para no sólo mirar cómo juegan, también podemos aprovechar para jugar nosotros con ellos, ayudarlos a explorar y compartir inolvidables experiencias juntos.
Mejora su salud
Está demostrado que existen numerosos beneficios para la salud en jugar en los parques. Allí los niños tienen más espacio para jugar y estar más activos. Esto les ayuda a estar más sanos, construir huesos fuertes y mejorar su condición física, mientras queman energía y calorías. Además, estar al sol, incluso en invierno, ayuda a que los niños absorban la vitamina D de forma natural, tan importante para su desarrollo y bienestar, alejados de la penumbra del sofá de casa.
Si a pesar de todo, sigues remoloneando cada vez que tu hijo te pide parque, te invitamos a que te pongas en su lugar, y fruto de esa empatía “conectes” con las necesidades de tu niña o niño, debido a las infinitas bondades que este lugar le ofrece tanto física como mentalmente.
Además, piensa que un intenso día de parque suele estar relacionado con un niño que exhausto, come mucho mejor y, lo más importante, se duerme más temprano para reponer fuerzas mientras tú puedes disfrutar de ese merecido instante de relax en el sofá de tu casa.
¿Y vosotras? ¿Soléis llevar a vuestros pequeños al parque? ¿Cómo vencéis la pereza?